martes, 27 de mayo de 2008

Momento conmigo II...

Busco en las hojas, lo que no encuentro en mi alma
el poder de volar y simplemente dejarse ir
la delicadeza de la individualidad
y el poder de la unión...

Busco en las flores, lo que no tiene mi cuerpo
aromas capaces de dar vida
la sabiduría de una tarde de primavera
y la esperanza de la lluvia que vendrá...

Busco en tu risa, lo que no encuentro en la mía
la espontánea algarabía del momento
frases que se entonen sin melodía alguna
y la capacidad de generar tanta paz...

Busco en tus ojos, lo que no encuentro en los mios
reglas, libertad, un poco de paciencia
la complicidad en miles de códigos
colores vivos y una pizca de alegría...

Breve reseña sobre: "Para que esforzarse"...

Personalmente, me gustaría explicar un poco el texto anterior, ya que, encuesté a algunas personas, y ninguna entendió la idea...

El concepto del relato es bastante sencillo, la parte mas rebuscada esta en el final, donde, lo que traté de expresar, es que Verónica vive en una realidad con, al menos, una peculiaridad...la gente puede "sacarse" la mente, como si fuera un objeto, literalmente...

Es algo abstracto para nosotros, pero ahí esta el punto del relato:
Nuestra mente es parte de nosotros, de nuestra alma, por consiguiente, nosotros no la valoramos, ya que no es algo que podamos medir, ni siquiera pensamos en ella, simplemente forma parte de nuestro todo...

Pero Verónica, ve a su mente como un objeto, de hecho ES un objeto para ella...por eso es que, luego de la pesadilla que tiene, formula la frase final "Que ínfimo seria nuestro mundo, sin este pequeño objeto..."
Le da valor a su mente, y entiende lo vacía que seria si no la tuviera...

Es, simplemente, una analogía con nuestra realidad; para expresar el valor de nuestros pensamientos y de la capacidad de pensar...

jueves, 15 de mayo de 2008

Para que esforzarse...

Y así es que Verónica decide dejar de pensar en todo.
Siente que no puede mas con la creciente demanda de racionalidad y se transforma en uno mas, en uno de esos entes que están, pero solo figuran.

Entonces, se da cuenta que no es tan malo, como ella siempre creyó, sino que ahora tiene la libertad de dejar que los errores ocurran, ya que no siente la necesidad de evitarlos.

Pronto advierte, además, que las personas, nunca esperan que diga nada coherente ni propicio, y se va aferrando mas a esa postura.
Se deja estar, y así es que le termina de agradar.

Sin embargo, con tanto espacio libre en su cabeza, empieza a cuestionar se, deliberadamente, sobre los mismos temas en los que antes incurría; pero con un peso extra, la culpa de querer evitarlo a toda costa.

Verónica sufre y anhela; y vuelve a pensar, y vuelve a sentir, y vuelve a creer en la intuición, y vuelve a soñar...
Pero, por sobre todo eso...Verónica vuelve a amar, pero no hablo de un amor carnal, sino de el amor a la vida; a su vida...y a su capacidad...

Y Verónica deja de ser esa persona insignificante en la que se había convertido, para ser ella, Verónica, completa y multiplicada...tan cierta como todas las ideas que volvían a correr por su mente.

De pronto, Verónica despierta en su cama, prende la luz para terminar de salir de esa extraña pesadilla.
Toma su mente de la mesa ratona, la vuelve a colocar en su sitio y piensa "Que ínfimo seria nuestro mundo, sin este pequeño objeto..."



Fin...